El Pueblo
Colldejou se encuentra en el sector montañoso del Baix Camp, en el límite con el Priorat, entre las muelas de Llaberia y de Colldejou. La muela (la Mola de Colldejou) es punto de referencia excursionista y alberga restos de un fortín de las guerras Carlinas. El pueblo formó parte de la baronía de Escornalbou, importante centro político y social medieval. Los dominios de Colldejou llegan a los 14'10 km² y por el lado del Camp limitan con l'Argentera al norte, Vilanova d'Escornalbou al este, Pratdip al sur y Mont-roig del Camp al suroeste. En la zona fronteriza del Priorat tiene de vecinos la Torre de Fontaubella al norte, Marçà y Capçanes al oeste y Pradell de la Teixeta al noroeste. Al suroeste limita con Tivissa, de la Ribera d'Ebre.
El pueblo se asienta en la ladera meridional de la Mola de Colldejou, de 914 m de altitud. A su alrededor hay picos, como les Perdigotes, de 713 m de altitud, o les costes del Jau, de 629 m, hecho que determina que la villa tenga unos terrenos desnivelados y poco aptos para el trabajo agrícola.
Historia
El nombre del pueblo es, según Eduard Toda, de origen romano, y según Morera, arábigo. El origen más aceptado es que hace referencia a una descripción del relevo que recuerda la forma curva del yugo (en catalán jou, significando "collado de yugo"). Colldejou había sido y es un pueblo eminentemente agrícola. Se han perdido las indústrias del carbón y del yeso.
La población ya se menciona en una bula de Anastasio IV de 1154. El 1197 Albert de Castellvell entregó la villa y el término al convento de Escornalbou. El pueblo, igual que gran parte de los pueblos del Camp de Tarragona, formó parte de la Comuna del Camp, como mínimo desde el 1586 hasta el 1669. El siglo XVIII le fue próspero económicamente y poblacionalmente, ya que passó el 1719 de 77 habitantes a 254 el 1787. En el siglo XIX recibió las luchas de los carlistas, aún quedan los restos de un fortín construido en la muela. A mediados del siglo XIX, la villa tenía cultivos de trigo, cebada, legumbres, patatas rebaños de ovejas y de cabras, colmenas y tambien se producía aguardiente.
La Mola de Colldejou
Colldejou tiene un elemento de un poderoso atractivo naturalista, se trata de la montaña de la Mola o Mola de Colldejou, de 914 m de altitud, que no es solo el signo distintivo de la villa sino un verdadero refugio pera los excursionistas y amantes de la naturaleza. De hecho, la Mola más las sierras de Tivissa-Vandellòs, la montaña Blanca, Montalt, Llaberia y el macizo de Cardó forman un corredor biológico que une las sierras de els Ports y las montañas de Prades. En la cima de la Mola, que es plana y estirada, y que de lejos parece un enorme diente molar, se puede encontrar la paz y el silencio que caracterizan los puntos elevados montañosos. Desde ahí arriba hay unas idílicas panorámicas sobre el Camp de Tarragona.